Al observar ciertas prácticas en las religiones, en las diferentes disciplinas que ha creado el hombre, y en el actuar mismo de las personas en la vida cotidiana, nos damos cuenta que generalmente todo gira en torno al yo, más de lo que pudiéramos darnos cuenta. Por ejemplo, es frecuente escuchar la idea de que una persona da limosna al pordiosero no por ayudarlo, sino para sentir que es una persona caritativa, o por ejemplo que las personas se hacen amigos de otros por conveniencia, para ver que puede aprovechar de esa relación, incluso los mismos padres pueden tener a un hijo consentido por el simple hecho de que éste tiene un futuro prometedor que podrá "enorgullecer al padre" y que él sienta pues que ha hecho un buen papel como si hubiera sido el director de orquesta del éxito de su hijo.
Realmente pensar en los verdaderos intereses de las personas puede resultar muy desolador, ya que sentimientos que pueden decirse nobles, parecieran ser un disfraz para ocultar algo no tan noble dentro de nosotros. Entonces no es tan inválido pensar en los seres humanos como personas, cuando "persona" viene del latín y del griego que significa máscara del actor. Incluso para desnudar de una vez sin discriminación alguna puedo decir que escribo estas líneas más por el hecho de hacerme reconocer como un individuo dotado de un don intelectual de escritura. Podemos hacernos ciegos ante éstos hechos evidentes pero no podemos negarlos, es común por ejemplo en la era de la información, la internet y las redes sociales por ejemplo, ver cómo los seres más empeñados en hacerse reconocer públicamente, son los que muchas veces han tenido un sentimiento previo de inferioridad o rechazo, obviamente un ejemplo muy claro es aquel en que las personas bajas de estatura tienen el complejo de Napoleón Bonaparte y suelen ser buenos líderes.
Todo ésto no queda ahí únicamente; el actuar del ser humano parece ser que se mueve primordialmente por los intereses propios y egoístas, y pienso que es debido a que el ser humano más que sentirse sólo, se siente desconectado de lo demás, tanto que le cuesta trabajo ponerse en los zapatos de otros seres humanos como en las parejas por ejemplo, las presidencias o gobernaturas, las direcciones de empresas, etcétera.
Pienso que muchas instituciones se han corrompido por ese egoísmo e individualidad del ser humano, como la religión y la política por ejemplo. Vemos incluso en las sociedades donde se practica precisamente la fraternidad, cómo muchos al tener un poco de poder pierden los principios de humildad y ayuda al prójimo, ya que se sienten tentados en sus propios intereses individuales, y en lo personal veo que es muy triste pero pasa demasiado frecuente.
En mis reflexiones he pensado mucho sobre este asunto y todo me ha llevado hacía la necesidad del ser humano para religarse con el todo, de manera que el mismo pueda sentir parte de él, no sólo a su familia, sino a los seres humanos, los animales, las plantas, y en general, al cosmos.
¿Por qué introduzco nuevamente a la religión en mis ideas?, precisamente porque para que haya un buen presidente de un país, es necesario que sienta como a sí mismo, a cualquier ciudadano o persona que habite ese territorio, con ésto el mismo se sentiría satisfecho de ayudar a sus semejantes y no podría ser corrompido por un interés propio. También se da en la relación más pequeña en número de individuos de la sociedad como lo es una pareja, ya que al sentirse uno mismo con la otra persona, dejará de ser egoísta y dejará de reprochar, y se manejara de una manera que puedan ser satisfechos los intereses de ambos. Entonces siento que existe una necesidad muy fuerte en que en la nueva era, los seres humanos puedan crear nuevamente conexiones no sólo profesionales o de amistad, sino una relación más íntima basada en amor creando un ser colectivo, una unidad que pueda manejarse armónicamente a través del espacio y el tiempo, es decir Dios y repito, no el Dios creados a imagen y semejanza de unos cuantos seres humanos.
La condición del ser humano es la de la soledad. El ser humano, aunque viva en familia y en una sociedad, sigue estando solo, con esa soledad del desierto total porque nuestro ser individuo es eso.Cuando uno va por su desierto mascando soledad, a veces, puede encontrar un hombre que te tiende su mano agujereada, y si uno toma esa mano agujereada habrá tenido la suerte de haber encontrado en su camino a Dios y su soledad será más soportable. El problema es que con frecuencia pasamos de largo ante el hombre de la mano agujereada porque no entendemos ni porqué está ahí ni que tiene que ver con nosotros ni porqué tiene la mano agujereada.
ResponderEliminarGracias por tu comentario tan bello, pienso que todos tenemos la deficiencia de no ver lo que está precisamente frente a nosotros, incluso no tenemos que buscar, yo por ejemplo no me considero aún con la capacidad de tomar la mano de ese hombre, pero seguimos trabajando por ello.
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