jueves, 24 de febrero de 2011

Dicho con otras palabras (Sobre No obicuos, conectados)

Creo que soy tú,
creo no eres yo,
pero la soledad,
pero la soledad.

Me creo diferente,
y el aire es mi igual
pero la soledad,
pero la soledad.

Muchos adagios,
mucha verborrea,
pero la soledad,
pero la soledad.

No me siento unido,
no siento ubicuidad,
pero la hay,
pero la hay.

No ubicuos, conectados.

Medito sobre las cosas grandes como el cosmos, quiero entender el accionar este universo y el por qué precisamente ahora, estoy aquí, bajo estas precisas circunstancias y con éstos sentimientos y muy acostumbrados estamos a no mirar hacia dentro de nosotros mismos, sino que cuestionamos a nuestros semejantes, a otros universos, sus actitudes, sus acciones, etcétera.

Los ojos no están hechos para mirar dentro, sólo en los sueños tenemos imágenes de lo que pasa dentro de nosotros, aunque sean imágenes simbólicas, incluso puede que la que supuestamente es nuestra realidad, aquella que percibimos con nuestros sentidos, también sea finalmente un montón de imágenes y símbolos que no están ahí, sino en nuestra mente, y si este fuera el caso entonces sería más directo y no quiero decir más fácil, poder transformar nuestra realidad, a partir de lucidez y no lucidez en sueño, sino precisamente en vigilia.

El despertar o iluminación de muchos ha sido esa lucidez que alcanzan en el estado de vigilia, y para ellos ha sido un estado que les ha permitido modificar su entorno hasta los espacios más apartados del planeta como fue Buda, Jesucristo, Zoroastro, Moisés, Pitágoras, Krishna, etcétera. por mencionar a los conocidos.

Definitivamente es posible alcanzar una integridad no sólo dentro de nosotros mismos, sino en unión con nuestro entorno, con el cosmos, aunque pareciera difícil de alcanzar, creo que la distancia que tenemos hacia ese estado de satori como lo llama el Budismo Zen es mínima, ya que no se trata de ser ubicuo porque definitivamente nuestro cuerpo como lo conocemos y concebimos no puede estar en todos lados, y muchos lo hemos pensado así, como convertirnos en omnipresentes, pero sin embargo, es posible y infinitamente más factible, simplemente enchufarnos, simplemente tocar, simplemente pertenecer al todo.

Es tan fácil que a veces pienso que la búsqueda de religarse al todo es irrelevante, pienso que ya somos parte del todo, pero no sabiéndolo, por eso nos sentimos sólos y abandonados muchas veces, más bien, es posible que en el plano físico estemos conectados, a través del tiempo, y el espacio, a través del suelo, el aire o la fibra óptica de internet, pero en otros planos no lo estamos así, precisamente el espiritual, algo en nuestra mente se deformó en algún momento, o nació y apenas da sus primeros pasos para formar los cables que lo hagan conectarse al todo.

Estamos cambiando a través del tiempo, o evolucionado, entonces es posible que algún día, no sólo en lo físico, sino en todos los planos, estemos finalmente conectados unos a otros y en lo más profundo de nuestra alma nos sintamos unidos con el todo desapareciendo así cualquier soledad de cualquier ser humano.

domingo, 20 de febrero de 2011

Vida de ilusión

Obra de teatro,
inspirado por el arte
de ser algún personaje
más sofisticado
del que ya soy
hecho de inicio salvaje.

Más sofisticado aún
que como fui criado
para dar a mi entorno
una imagen bella
pero no así lograda
para ser así salvado

Redención es lo que hay
en esta puesta en obra
cristianos se cristianizan
Sidhartas se hacen buda
y de la sociedad al fin somos
a los que nos martirizan

No todos seremos reyes
casi todos por debajo estamos
al menos en mi entorno
que muy bien aprovechados
nos han robado el alma
para servirlas de adorno

Para eso es la dramaturgia
y la puesta en escena
para que sirva de ilusión
y seamos redimidos
porque al fin y al cabo
la vida es desilusión.